En su momento ya os resumimos los principales errores en el emprendimiento de nuevos negocios. En esta ocasión vamos a ser más concretos a la hora de hablar de cuatro de ellos: la inexistencia de un plan estratégico de negocio a corto y largo plazo,
En el complejo y excitante mundo de los negocios, debemos conocer los pasos que no debemos efectuar para hallar el trayecto que nos dirija hacia nuestro objetivo. Si deseamos recorrer los caminos del éxito, parece discordante que iniciemos el estudio de las posibilidades de un negocio hablando del fracaso. Nada más alejado de la realidad, lo ideal es empezar precisamente desde este ángulo, porque posee tanta prioridad lo que nunca debemos hacer como lo que debe ejecutarse.
Este es nuestro objetivo fundamental al publicar este artículo: ofreceros las principales causas que han llevado a la gran mayoría de nuevos emprendedores de negocios al fracaso de sus proyectos, permitiendo mediante este conocimiento fundar las estrategias primordiales para vencer todos los obstáculos que normalmente se presentan y alcanzar así el éxito rotundo en tus negocios. De esta manera podremos apalancar nuestros sueños y llevarlos por un camino lleno de satisfacciones propias y de terceros, culminando las metas y objetivos trazados al iniciar el emprendimiento en cualquier área de negocios.
A continuación te presentamos las principales causas de los fracasos en el emprendimiento de nuevos negocios, que no debemos incurrir, para asegurarnos el éxito de nuestros proyectos:
8 errores al emprender un nuevo negocio
Falta de un plan estratégico del negocio a corto y largo plazo
La inmensa mayoría de nuevos emprendedores y empresarios inician sus pequeñas y medianas empresas fundamentándose en un producto o servicio que adoran, en el que poseen los conocimientos básicos de origen, calidad, costo y estimación de ganancia. Sin embargo, minimizan la importancia de establecer un plan de negocios estratégico detallado, pretendiendo que sólo con su entusiasmo y creatividad tendrán el camino listo para llevar a su naciente empresa al éxito.
La planeación de las inversiones de los negocios no es como un proyecto temático de escuela. Un plan estratégico de negocios ayuda a los emprendedores a introducirse y comprender el mercado, cuál es el verdadero potencial de su producto, cual es la manera efectiva de vencer y convivir con la competencia, el número ideal de ventas y clientes que se necesitan para llegar a la cumbre. Los planes de negocios exponen y analizan la relación entre los gastos de operación, costos, precios y ganancias, lo cual constituye información esencial para un empresario. Las pequeñas empresas fracasan porque sus dueños no consagran el tiempo necesario a la investigación para un plan estratégico de negocios que los ayude a evitar fallas que pueden ser fundamentales en la prosecución del negocio.
Los emprendedores tienen al menos un pequeño plan a muy corto plazo en lo que a temas financieros básicos que debe enfrentar la empresa a desarrollar. Esta es, seguramente, la mayor causa de fracaso en las nuevas organizaciones. Un negocio que se base únicamente en el hoy y tan sólo en el más tarde, sinceramente, no tiene un mañana. Para cuando llegue el momento en el que se produzca un cambio en el mercado, el empresario se percatará de que la inmensa mayoría de sus competidores ya tendrán previstos nuevos esquemas de trabajo, utilizando para ello diferentes principios y herramientas adaptadas a la nueva realidad.
De no establecerse una política definida de planificación estratégica en la nueva empresa, la competencia le pasará por encima fácilmente, sin importar la cuantía de su capital inicial ni el número de trabajadores. De muy poco le servirá contratar a posteriori los servicios de un servicio de consultoría externo si se carece de la disposición y convencimiento necesarios para aplicarlos de manera conveniente.
Un plan estratégico de negocio a corto y largo plazo ayudará a planificar un proyecto y servirá para comprender los puntos esenciales, evitar errores, estar preparado para los cambios del mercado, conseguir el capital necesario y, sobre todo, mantener la visión innovadora que cristalizará tus metas. En última instancia, eres, en buena parte, responsable único de las actuaciones y resultados de tu empresa.
Falta de tenencia de capital propio
Otra de las principales razones por las que las pequeñas y medianas empresas fracasan es porque no se inician con un margen mínimo de capital requerido para operar en el mercado. La economía se mueve en ciclos, con altas y bajas, y cada inversor empresarial se enfrenta a dificultades inesperadas y cuantiosos gastos imprevistos. La cantidad de recursos propios que cada propietario de una empresa debe tener disponible para mantener un colchón de efectivo, varía de una compañía a otra, pero el 30% de un presupuesto inicial parece ser una base mínima aceptable para no caer en los graves peligros de la descapitalización.
En muchas ocasiones, al empezar las actividades de una empresa, sus estructuras financieras dependen excesivamente de los préstamos bancarios. El financiamiento propio no debería ser menor al 50% de los recursos financieros totales de cualquier proyecto empresarial. El hecho de planificar y/o ejecutar operaciones diferentes a esta correlación, sería como ir hilvanando la soga al cuello de la empresa, eliminando prácticamente cualquier posibilidad de desarrollo a largo plazo.
El mal uso en el manejo de los créditos bancarios adquiridos para el crecimiento de tu empresa, puede llevarla a un estado financiero deplorable. Los préstamos pueden impulsar la capacidad productiva y de expansión empresarial, siempre y cuando estén bajo control gerencial y sean parte de una planeación integral con los procesos operativos. Estos créditos deben utilizarse para inversiones que tengan retorno con buenos márgenes porcentuales, lo suficiente para pagarlos y obtener beneficios propios. No obstante, cuando te excedes en la solicitud de préstamos bancarios o utilizas incorrectamente el crédito que tus proveedores te brindan, entonces estarás encarrilando a tu empresa a un endeudamiento que te puede costar demasiado caro. El consejo en este caso es operar equilibradamente los créditos que te otorgan. Cancelar en pronto pago y mantener un excelente récord crediticio para cuando verdaderamente sea necesario recurrir a él.
Los buenos emprendedores generalmente planifican sus necesidades de financiamiento siempre con un margen por encima de la inversión inicial y confían en el éxito de la empresa para autofinanciarse desde su inicio. No obstante, es frecuente que los retornos de la inversión tarden meses o años en generar los montos esperados en la tesorería de la empresa.
La falta de reservas de dinero en ciertas situaciones económicas posibilita posiciones financieras difíciles en empresas que se están iniciando. La combinación de ciertos factores económicos, junto con un capital inicial demasiado débil para la actividad económica que se realice, puede condenar un proyecto a los pocos meses de su inicio. Por lo que nuestra recomendación es la de hacerse de un buen capital inicial de trabajo, cuyo monto esté basado en el área económica a realizar, en concordancia con las actividades operativas del proyecto a ejecutar, e integrarla en una planeación estratégica de negocio a mediano y largo plazo.
Pésima aplicación de los beneficios obtenidos en la empresa
Innumerables empresas que fracasan, aun teniendo cierto margen de utilidades durante sus inicios, lo hacen debido a que sus propietarios «estrangulan» textualmente a la empresa en los primeros años de vida. Expertos financieros aconsejan reinvertir los beneficios, en caso de haberlos, durante al menos los seis primeros años, con el objetivo de capitalizar de manera suficiente el negocio. En todo caso, lo más recomendable es invertir en negocios con un margen de, aproximadamente, unos 10 años, antes de empezar a retribuir a los propietarios, si deseamos que existan las máximas posibilidades de éxito.
Muchos dueños de empresas laboran tanto en sus actividades empresariales, que no observan la línea fronteriza entre su negocio y su vida personal. Si las finanzas de la compañía y las personales no se mantienen ordenadas y distanciadas, pueden como consecuencia dar lugar a preocupaciones, perdidas en resultados financieros y problemas fiscales muy embarazosos. Los expertos de negocios lo denominan mala gestión financiera y contabilidad inadecuada; pero una de las principales causas del fracaso de la pequeña y mediana empresa se reduce a gastar los ingresos y utilidades del negocio en necesidades personales.
Falta de conocimiento y experiencia en el sector del mercado
En los negocios hay factores intrínsecos en cada área productiva y comercial que, si no se poseen los conocimientos y experiencias necesarias para enfrentarlos, nos hacen caer en un torbellino de errores con consecuencias inesperadas. Debido a ello, antes emprender un negocio se debe investigar acerca del mercado en el que se sostendrán las principales actividades, para definir si el proyecto es realmente requerido por el público y definir cuáles son las posibles competencias, así como la capacidad mínima que se necesitará para enfrentarlas.
Desconocimiento y/o no aplicación de políticas efectivas en recursos humanos
Gran cantidad de empresas son incapaces de elegir a los mejores profesionales para su plantel laboral, debido principalmente a directrices y políticas de selección de personal propias de las épocas de la Edad Media. Una empresa que no conciba a los integrantes de la nómina como su principal capital, alcanzará en poco tiempo serios problemas. La mayoría de los procesos de selección de personal se efectúan con excesiva prisa e impulsados por criterios subjetivos más que por razonamientos realmente lógicos y científicos.
El hecho de planificar y perfeccionar de manera incesante aspectos como planes de retribución, sistema de ascensos u otra serie de incentivos laborales, que impulsen efectivamente a que nuestros empleados se sientan cómodos y a gusto dentro de nuestra organización, va a impulsar el desarrollo de resultados positivos para la empresa. Jamás se debe tener miedo a contratar a personas más capacitadas que la persona destinada a dirigir la empresa, debido a que es precisamente ese tipo de empleados el que se necesita para que el negocio sea exitoso y no tener trabajadores deficientes que no realicen sus labores correctamente.
Hay que tomar en cuenta que el objetivo, como empresario o dueño de la compañía, está por encima del trabajo operativo o trabajo de campo. Un dirigente lidera para que otros puedan alcanzar con su trabajo los objetivos generales de la organización.
De igual manera, una nómina mal integrada o el exceso de personal pueden acabar totalmente con los beneficios de la empresa, por lo que hay que contratar solamente al personal profesional altamente calificado y necesario que pueda contribuir un verdadero valor agregado a la empresa en términos de rentabilidad.
Falta de aplicación de presupuestos justos en publicidad
Al iniciar el emprendimiento de una empresa se debe tener presente que el área de publicidad debe ocupar un sitio primordial en cuanto al proyecto a ejecutar en concordancia con el monto del capital a invertir. Hay empresarios que piensan que los clientes vendrán solos y son renuentes a hacer algún tipo de publicidad o estrategia de marketing. Una de las áreas esenciales, como factor de éxito en empresas que recién comienzan, es el marketing, el dar a conocer tu negocio a los consumidores.
La mayoría de los especialistas en marketing alzan su voz a los directivos, en el sentido de que el presupuesto aportado a sus gerencias es siempre deficitario. También es una realidad que muchos de ellos no son competentes de entender las reglas imprescindibles de las inversiones y las finanzas, por lo que no es asombroso que, en muchos casos, las acciones de marketing resulten ineficaces.
En el otro extremo están las compañías poco involucradas con la filosofía del marketing, las mismas que piensan que invertir parte de sus recursos en acciones de publicidad es una pérdida de tiempo y capital (sus presupuestos son siempre insuficientes para los resultados que ellos quieren conseguir).
Cualquiera de ambas situaciones es equivocada. Has de saber encontrar el punto intermedio y dar al presupuesto de marketing los capitales necesarios para poder conseguir los objetivos que se te pidan. Eso sí, demandando a cambio la rentabilidad adecuada y resultados positivos verificables para seguir manteniendo esas inversiones.
Extralimitarse en la expansión del negocio
En muchas oportunidades, los emprendedores de negocios desarrollan tan velozmente su empresa que finalizan sucumbiendo gracias a su propio éxito, lo que en la mayoría de las ocasiones se debe a motivos de índole financiero. Si a tu empresa le empieza a ir bien, debes desarrollar un plan estratégico y realista donde se ejecute eficazmente un crecimiento sostenido.
Crecer considerablemente y de una manera insostenible es otra causa común por la que las pequeñas y medianas empresas fracasan. Los nuevos emprendimientos pueden llamar mucho la atención, y sus dueños pueden descubrir nuevas invitaciones y oportunidades para sus productos y servicios. Muchos propietarios toman cada oportunidad para esparcir sus ventas sin establecer primeramente los niveles adecuados de administración y control de calidad. Y algunos empresarios invierten la totalidad de su capital de trabajo en un desarrollo expansivo, sin antes investigar las ideas novedosas y los recién florecientes mercados. Este tipo de estrategias sitúan a una marca joven en un riesgo extremo para su supervivencia. Las pequeñas y medianas empresas más exitosas progresan a un ritmo lento y constante.
Hay que estar totalmente seguro de qué tipo de mercado se está introduciendo, entender claramente cómo ganar nuevos clientes fijos y potenciales, saber cuáles son sus políticas de compra y sus necesidades. Tener la capacidad de adaptarse a ellos y escucharlos llevará al crecimiento del negocio de una manera cada vez más evidente y productiva. Hay que recordar que un cliente retribuido no dudará en hacerte la mejor de las publicidades: la del cliente satisfecho.
Falta de solidez en el impulso emprendedor
Emprender una nueva empresa no es una fácil labor, demanda mucha dedicación, paciencia y perseverancia para mantenerse firme en la idea de mantenerlo a flote y seguir a un ritmo adecuado. En muchos instantes te sentirás fatigado, pero si el negocio es óptimo, pronto podrás disfrutar de sus frutos. Para ello has de mantener el impulso emprendedor con ahínco y esfuerzo. No olvides que, generalmente, los beneficios económicos no aparecen en el corto plazo.